Había una vez un hadita cuentacuentos llamada Twee -hey,¡esa soy yo! Vivo en una biblioteca mágica en la que casi todo es posible, y me encanta contar cuentos de hadas con un toque diferente. Me gusta mezclar las historias; se podrían decir que este es un cuento de pares: Y Estarían en lo cierto, porque las cosas que vienen de a pares son geniales. ¡Ahora Ajustense los cinturones que comienza el viaje! Esta es la historia de un príncipe que se viste tooodo de rojo y que debe atravesar el bosque para llevarle croissants a una princesa llamada Grumpunzel que tiene cabello muuuy largo, Yo creo que este cuento en realidad deberia llamarse "La Princesa Twee en el bosque encantado". Ahora abramos el libro para ver que pasa, ¿les parece? ¡Uy, una planta frondosa! No se lo esperaban, ¿no? Había una vez un príncipe que se vestía todo de rojo llamado Príncipe Redhood. En realidad no le gustaba vestirse de rojo, ¡pero eso no estaba bien! Bueno, ¿quien esta a cargo de este cuento? Ah cierto, ¡yo! "¡Que bonito día!" , dijo Redhood con una enorme sonrisa mientras caminaba por el bosque para llevarle deliosos croissants a una princesita muy hambrienta llamada Grumpunzel. Era un día hermoso, estaba ideal para salir a dar un paseo. El sol brillaba y las mariposas revoloteaban por todo el bosque de a dos. "¡Cáspita! Espero que le guste los croissants", se dijo el príncipe. Pero de pronto, como de la nada, de atrás de un arbol salio una enorme oveja con cara de asustada y dijo: "¡BEE! Soy Wool, la Oveja Malvada, ¡y estoy MUERTA de hambre!". "¡ Pero, que dientes mas grandes que tienes!", dijo el príncipe, bastante asustado. Al final no resulto ser un príncipe muy valiente ( como sabrán, no siempre lo son). "¡ Para comer croissants mejor!" , dijo Wool con su "bee" característico. Cuando se dio cuenta de que la oveja no quería comérselo, el príncipe se sintió un poco mas valiente: "Olvidalo, Woolly" , dijo riéndose, "son para la princesa". Se dio media vuelta y comenzo a caminar hacia la Torre. "Muy Bien!", grito la oveja detrás de el, "entonces voy a refunfuñar...". Respiro hondo y, cuando exhalo, hizo que todos los arboles que había a su alrededor se volaran. Pac-pac, fueron cayendo en efecto domino. El Príncipe Redhood aprovecho ese momento para escaparse y desapareció rapidantemente en el bosque. Fue saltando entre los troncos de los arboles caídos hasta llegar al castillo. "Me trepare de la larga trenza de Grumpunzel", dijo el príncipe, que estaba acostumbrado a hacer ese tipo de cosas. Pero la princesa no estaba asomada asu ventana. Y como tampoco la veía por ninguna parte, grito "¡GRUMPUNZEL!" lo mas fuerte que pudo. Pero ella aun no daba señales de vida. Por Suerte, una vez mas el hada Twee estaba allí. "Vas a nesesitar una escalera", le dije dulcemente, mientras le entregaba un juego de escalones. "Creo que no tengo muchas opciones", respondió el Príncipe Redhood, bastante poco agradecido. Cuando finalmente llego a la cima de la Torre encontró a la princesa cantando en un tono muy alto y desafinado: "La,la,la...", decía. Y aunque la saludo con su voz mas majestuosa, ella lo ignoro por completo. "Esta totalmente perdida en la tierra del la-la-la", le dijo el príncipe a su leal y elegante amiga. Luego, dio un suspiro y agrego: "Arrojale una bola de nieve mágica!". En realidad, deberia haberlo hecho el mismo, pero a veces los príncipes necesitan que los ayuden a decidir que hacer... El príncipe recogió nieve del suelo (aunque era un día soleado, había muchisima), y le arrojo una bola mágica ala princesa, que enseguida despertó de su misterioso limbo. "¡Oye!", exclamo la princesa "¿ que crees que estas haciendo?". "Princesa, te traje unos deliciosos croissants", le dijo el Príncipe Redhood con una sonrisa. "¿Me trajiste croissants?", pregunto la princesa. "¡Pero yo te pedí GALLETAS!". "Bueno", dijo el príncipe, "¡Por algo la llaman Grunpunzel!". Afortunadamente, el hada Twee Volvio a Rescatarlo, "Creo que debería volver a la tierra del la-la-la, !TIING!", le dije mientras agitaba mi varita mágica. Justo en ese momento se oyó un fuerte "¡BEE!" desde abajo de la Torre. "Disculpen, ¡pero tengo MUCHA hambre!", dijo Wool con su bee característico. "Tranquila, hay suficientes croissants para todos", le dije con una sonrisa mientras le quitaba la cesta al príncipe "Ademas, les encontré un sitio fantástico para hacer un picnic en el bosque", agregue. "Mas vale que no los devores todos tu sola", le dijo el Príncipe a Wool con una sonrisita picara. Y todos fueron muy felices y comieron croissants. Fin. (-Gener Cp-)